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La Catrina. Historia y Origen de esta Calavera

La calavera Catrina fue creada por José Guadalupe Posada y se ha convertido en uno de los símbolos más reconocibles e importantes de la cultura de México.

Dondequiera que se mire en las calles durante las celebraciones del Día de los Muertos en toda América Latina, aparece un rostro familiar. Un rostro que yuxtapone lo macabro y lo elegante, está en el maquillaje de las caras de los niños, en los elaborados vestidos de las mujeres, en el festivo «pan de muerto» y en todos los escaparates de las tiendas que venden recuerdos y emblemas de esta fiesta de ambiente único.

Este rostro tiene una estética definida: una calavera, que lleva un bonete muy bordado y resplandeciente de flores. Se trata de La Calavera Catrina, a menudo simplemente La Catrina. Y por muy superficialmente festiva que pueda parecer, la presencia de La Catrina en la mitología mexicana del Día de los Muertos es una declaración mucho más profunda sobre la mortalidad, el destino y las divisiones sociales de clase.

 Mictēcacihuātl es la diosa azteca de la muerte.

La Catrina no fue la primera gran dama del más allá de América Latina. Este honor corresponde a Mictēcacihuātl, la reina del inframundo azteca de Chicunamictlan. Su función era velar por los huesos de los muertos, y su presencia era fundamental durante cualquier reconocimiento de los que habían fallecido.

¿Y adónde habían ido esas almas? La creencia entre los mesoamericanos era que los muertos hacían un viaje que descendía nueve niveles hasta las profundidades de Chicunamictlan. La visión que los antiguos tenían de la muerte no era lúgubre: la veían como una parte del ciclo de la vida, y celebraban a los difuntos dejando ofrendas en altares improvisados, u ofrendas, que les ayudarían en sus pruebas posteriores.

Estatua de Mictecacihuatl, la que se considera la inspiración de La Catrina.

Estas ofrendas siguen estando asociadas al Día de Muertos, que a lo largo de los siglos también absorbió costumbres paganas y católicas de celebración, incluyendo las fechas de la fiesta que coinciden con la víspera de Todos los Santos, el Día de Todos los Santos y el Día de las Almas. Pero la imagen definitoria de la fiesta moderna llegaría más tarde, y de una fuente inesperada

La calavera del cólera morbo es una de las primeras obras del ilustrador mexicano José Guadalupe Posada.

Los ingredientes de la imagen moderna de La Catrina fueron reunidos ya en 1910 por el ilustrador mexicano José Guadalupe Posada. Posada, nacido en México en 1852, creaba litografías y grabados caricaturescos para ilustrar satíricamente temas políticos y sociales; su obra se publicaba con frecuencia en la prensa mexicana.

Lo que aglutinó estas ilustraciones e hizo que la fama de Posada fuera especialmente distintiva fue el motivo central de los bocetos: Las figuras de Posada, independientemente de su ocupación, clase o estatus, se representaban con calaveras como caras.

Dibujo de Calaveras de José Guadalupe Posada, que inspiraron posteriormente La Catrina.

Estas caricaturas de calaveras representaban cualquier cosa, desde tragedias nacionales, pasando por acontecimientos y personajes actuales, hasta incidentes históricos y personajes literarios. Los bocetos de Posada eran a veces proféticos-apocalípticos, como el publicado en 1899, que representaba una erupción volcánica, con un primer plano salpicado de una caótica escena funeraria de calaveras, incluida una que se levanta de una tumba.

La reducción de todas las personas a huesos, sin importar la época, el lugar, la clase o los hechos, dio a las imágenes de Posada una cualidad homogeneizadora, siendo el mensaje aparente «en el fondo, todos somos iguales«.

En combinación con las implicaciones más oscuras de la calavera, las ilustraciones de Posada se convirtieron en niveladores sociales del tipo más contundente. Publicado durante una pandemia de la enfermedad, el personaje del cólera en el boceto de 1910 La calavera del cólera morbo no es una calavera, y es más bien un humanoide fantástico con cuerpo de serpiente.

Sin embargo, alrededor de la «cólera» hay una docena de calaveras, todas ellas representadas con los efectos mundanos de una serie de ocupaciones, desde joyeros a sastres y herreros, pasando por contables y jueces. Una vez más, el mensaje era de neutralización: no importa qué parte de la sociedad ocupes, la muerte mata a todos.

La Catrina o calavera garbancera fue creada por el ilustrador Mexicano José Guadalupe Posadas.
Dibujo original de «La Calavera Catrina» creado por José Guadalupe Posada

El boceto original de Posada de La Calavera Catrina fue realizado hacia 1910. Fue concebido como una sátira que hacía referencia a las obsesiones europeas de la alta sociedad del líder Porfirio Díaz, cuya corrupción condujo a la Revolución Mexicana de 1911 y al derrocamiento de su régimen.

El nombre original del sketch reflejaba esta apropiación cultural adoptada por ciertos miembros de la sociedad mexicana: La Calavera Garbancera, refiriéndose algunas fuentes a esta última palabra como argot para designar a una mujer que renuncia a su cultura mexicana y adopta la estética europea. El bautizo posterior también provendría del argot, ya que la palabra «catrín» o «catrina» se utilizaba a menudo para referirse a un hombre o mujer bien vestido, o «dandy«.

Fragmento del cuadro de Diego Rivera en el que se puede observar la figura de La Catrina.
Fragmento del mural «Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central»

La imagen se convirtió más tarde en un mural en Ciudad de México realizado por Diego Rivera, que representaba a La Catrina central con un ostentoso vestido de cuerpo entero enlazando los brazos con el propio Posada -y también con la esposa de Riviera, la artista Frida Kahlo-. El mural –Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central– se convirtió en un tesoro cultural y amplió aún más la imagen de La Catrina en la conciencia nacional.

Mural de Diego Rivera, El sueño de una tarde dominical en la Alameda Centra.
Mural «El Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central»

Significado social y político de La Catrina

Posada la dibujó con un sombrero decorativo que denotaba la clase alta. En aquella época, sólo los ricos de clase alta llevaban sombrero. Al colocar el sombrero sobre una calavera con cara de esqueleto que representaba los rostros, se mostraba el hecho de que todos vuelven a la muerte a pesar de la diferencia de clases. La Catrina retrata directamente la diferencia de clase o estatus, marcándola de gran importancia política y social. Posada era conocido por señalar los graves crímenes del gobierno a través de sus ilustraciones.

Muchos en México eran analfabetos en aquella época. Así, lo que los periódicos no podían transmitir, las caricaturas políticas de Posada lo transmitían y los hacían conscientes de la corrupción del gobierno. Las caricaturas de Posada resultaron ser una clara bofetada al gobierno. Porfirio Díaz, el dictador de México en la época de Posada, fomentaba más los productos extranjeros que los nacionales.

Pronto la clase rica empezó a considerar la aristocracia europea como un estándar «mejor» que la cultura mexicana. El gobierno de Porfirio Díaz fue posteriormente disuelto en la Revolución Mexicana que tuvo lugar en 1910.

Fotografía de mujeres caracterizadas de La Catrina durante el Día de Muertos en México.

El Día de Muertos es en realidad un conjunto de tradiciones y símbolos que pueden ser ligeramente diferentes según la zona de México. Estas festividades se extienden durante varios días, normalmente los primeros días de noviembre, cuando las celebraciones alcanzan su máximo esplendor en el país.

Algunos símbolos como los esqueletos, las calaveras de azúcar, los altares y las coloridas serpentinas de papel recortado pueden verse en todas las partes de México en estas fechas.

El Día de Muertos no es el «Halloween mexicano» como a veces se confunde por la época del año. No tiene nada que ver con las costumbres tradicionales de Halloween que son bien conocidas en Estados Unidos y otras partes del mundo. En realidad, decorar la casa con arañas y murciélagos y usar disfraces de miedo no se hace en la mayor parte de México. Lo más parecido a las actividades tradicionales de Halloween se celebra en las zonas más contemporáneas de México, donde los niños van de puerta en puerta pidiendo calaveritas, esperando caramelos o fruta.

La Catrina y el día de Muertos se hizo más popular en todo el mundo a la raíz de la película de Disney, Coco.

El Día de Muertos se hizo más famoso recientemente con la premiada película de animación por ordenador en 3D «Coco», estrenada en 2017. La historia trata de Miguel, un niño de 12 años, que se ve transportado a la tierra de los muertos y conoce a sus antepasados. La película recoge de forma bella y magistral las tradiciones de las celebraciones del Día de Muertos en México.

La adopción de La Catrina como emblema del Día de Muertos adopta hoy muchas formas: desde las calaveras de azúcar en todos los escaparates hasta el maquillaje y la vestimenta que exhiben los asistentes al festival en todas partes, hombres y mujeres, Catrín y Catrina.

En muchos sentidos, ella une los tiempos y su interpretación de la muerte: su elegante vestido sugiere la celebración, su sonrisa -aunque sea ineludible- nos recuerda que quizás haya consuelo en la aceptación de la mortalidad, y que los muertos deben ser conmemorados, no temidos. Que, seas quien seas, todos tenemos el mismo destino. Y quizás en un guiño a las primeras creencias de esta cultura, que el guardián de lo que viene después de la vida toma una forma decididamente femenina.

La Catrina como símbolo en el Día de muertos, una de las festividades más famosas de México.

Es una fuerte imagen visual que representa cómo el pueblo mexicano ve la muerte y el más allá. Las diferentes culturas tienen diversas tradiciones en lo que respecta a la muerte y a cómo la afrontan individualmente y en familia. México es muy singular en su visión de este hecho de la vida y prefiere tomárselo con buen humor y pasión.

Esto no quiere decir que no lloren y echen de menos a un ser querido que fallece. Lo que significa es que optan por celebrar la vida y los recuerdos que la persona creó mientras estaba con ella en lugar de complacerse en el hecho de que se haya ido para siempre.

La Catrina es una fascinación turística popular y puede encontrarse en forma de estatua en muchas tiendas locales de todo México, hecha de madera, arcilla o papel maché. Están pintadas con elocuencia y se les añaden plumas reales a los sombreros. Muchas personas compran estas estatuas y se las traen como recuerdo de su estancia en México.

Antonio B

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